Hoy tenemos en el blog de SBEMW un post diferente redactado por el coach Martin Montequin. Te dejamos con él y si tienes dudas, deja tu comentario al final del artículo.

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¿Qué nos pasa con la envidia muchachos?

Comencemos, la primera sensación que ocurre es ese dolor heavy ante un contraste que te lleva a tus deseos insatisfechos. Escribo este post porque si aprendieras a utilizar esta señal te darías cuenta del potencial que tiene la envidia.

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La envidia está metida dentro de las emociones socialmente conocidas como descalificadoras, es decir, llegar a decirle a alguien “envidioso” se ha convertido en una forma de insulto. Por esto mismo, cuando sentimos envidia hacemos todo lo posible para ocultarla como si fuera algo vergonzoso. Como siempre esta manera de observar esta emoción en concreto hace muy difícil entender y aceptar, como decía antes, la riqueza que tiene.

Dime que nunca sentiste envidia ante el Snatch de tu compañero de entreno. Te retuerces de ver solo como hace el muscle up. Buscas siempre el más mínimo fallo para decirte, “tiene que pulir la técnica aun” o “no es para tanto”. Esta reacción lo que intenta es destruir lo que el otro ha alcanzado y que tú no has logrado. Lo primero que tienes que hacer es olvidarte y dejar de ver a esta emoción como una forma de odio.

Lo habitual de sentir envidia, que no significa que sea lo mejor, es poner acento en la “destrucción» del otro y de sus logros. Atención con esto, si observas bien te darás cuenta que el objetivo central de la envidia no es este. El objetivo central es eliminar este contraste entre lo que él tiene y lo que tú tienes que es lo que produce ese dolor insoportable.

Siendo coach SBEMW

Esta manera de mirar la envidia parece sin sentido, pero es de gran importancia por los cambios que produce en el modo de comprenderla y resolverla.

Cuando un atleta viene y me cuenta su historia sobre la envidia, siempre le pregunto “si pudieras elegir un deseo y tuviera que ser entre dos situaciones: la primera, que el atleta envidiado perdiera el snatch-muscle up-o cualquier logro que le envidias o la segunda, que lograrás alcanzar esos logros tan queridos por ti mientras el otro atleta mantiene lo suyo; ¿qué situación elegirías? (Aprovecha y conecta con algún momento de envidia y hazte esta pregunta)

Si fuiste directo a la segunda opción esto quiere decir que esta emoción aparece como señal de que hay algo que quieres lograr y no puedes. Ahora bien, si crees que conseguir esto es imposible ¿que ocurre?, pues intentas «destruir» esta diferente entre tu y el, ósea vas a la primera opción.

Si envidias seguido no te das cuenta de que lo que quieres es eliminar ese contraste. Muy poco atletas son conscientes de esa motivación profunda.

El sentido más profundo de la envidia es el de ser una señal que te pone en contacto con un deseo insatisfecho. Si puedes alcanzar un nivel de consciencia más desarrollada, lograrás preguntarte con naturalidad: “¿Qué deseo no satisfecho he podido descubrir a partir de la envidia que acabo de sentir?”, ¿qué significa esto? Pues que has aprovechado esta señal para mejorar como atleta.

Una de las peores cosas que le hicimos a la envidia es convertirla en algo que uno no debería sentir.

Antes dije que lo primero que tienes que hacer es olvidarte y dejar de ver a esta emoción como una forma de odio. Lo segundo sería comenzar a admirar. Cuando admiras reconoces que el atleta en cuestión tiene características que tu valoras y que de alguna forma quisieras tener. Aquí también existe un contraste entre lo que percibes y cómo te sientes. La diferencia es que este contraste no es doloroso, porque el atleta admirado funciona como modelo o impulso hacia lo que quieres.

Si eres capaz de transformar la envidia en admiración, cambiarás el primer camino de lo que no tengo o no soy sin capacidad de crecimiento hacia un camino que sientes que tienes todos los recursos para acercarte y desarrollar lo que deseas.

Tu eliges!

Martin Montequin SBEMW

Martin Montequin Siendo Coach